Autor: HUGO ALCAYAGA BRISSO
Coincidiendo con la segunda huelga de hambre de damnificados por el mega incendio de comienzos de 2024 tratando de llamar la atención de las autoridades por su dramática situación, en Viña del Mar se han iniciado ya los preparativos y se ha fijado fecha para la realización de una nueva versión del Festival Internacional de la Canción incluida la polémica gala.
Según información de la municipalidad viñamarina, el certamen de la Quinta Vergara se llevará a cabo entre el domingo 22 y el viernes 27 de febrero de 2026, en tanto la gala – desfile de figuras de la TV exhibiendo lujosos vestidos y joyas de alto valor – tendrá lugar el viernes 20 del mismo mes.
Todo ello se anunció tras una reunión de la comisión de promoción del festival con ejecutivos de Mega, canal que televisó el reciente certamen y en la que se llegó a la conclusión de que el balance final fue muy positivo sobre todo en cuanto a los ingresos para los dueños del espectáculo.
Entre los principales conceptos incluidos en el reporte de Mega se mencionó que la parrilla artística tuvo los mejores índices de venta de los últimos años. Se destacó el hecho de que hubo un 98% de venta de tickets.
El festival se consolidó como el evento televisivo más relevante del país, indicaron fuentes del canal controlado por Falabella, uno de los grupos económicos más acaudalados de Chile. Allí lo único que no falta es el dinero, para incentivar el rating y poder contar con el respaldo masivo de la audiencia chilena y latinoamericana.
Los abrazos festivaleros se contraponen con el dolor de mucha gente modesta que se prolonga hasta ahora. La tragedia provocada por criminales hoy en prisión preventiva dejó 136 víctimas fatales de sectores populares de Viña y se extendió a Quilpué y Villa Alemana. Cerca de 20 mil personas perdieron su hogar, sus enseres, sus pertenencias y sus recuerdos, sin que hasta la fecha las familias afectadas cuenten con una vivienda adecuada en momentos en que pronto empezarán los fríos del otoño y las lluvias invernales.
Cabe recordar que el siniestro fue la catástrofe incendiaria más mortal de la historia de Chile y la más letal en todo el mundo en lo que va de este siglo. Hay siete personas que han sido formalizadas por la justicia pertenecientes a Bomberos, Conaf y Senapred por lo ocurrido.
La lentitud en el proceso de reconstrucción causa la indignación de los vecinos que se han movilizado todo este tiempo en demanda de medidas que contribuyan a aminorar la actual difícil situación. Todavía hay quienes no disponen al menos de un techo de emergencia, duermen en carpas, comen en ollas comunes y la ayuda que venían recibiendo se ha agotado.
Los habitantes de tomas que han dado paso a campamentos de tránsito en los sectores siniestrados reclaman que el gobierno ha sido indolente y tres de ellos se encuentran en huelga de hambre desde el 7 de marzo luego de la efectuada en febrero, que finalizó sin lograr cambio alguno. Estas medidas extremas no han alterado a las autoridades.
La nueva manifestación de protesta en que no se ingieren alimentos tiene lugar en la Plaza de la Cultura de la población Manuel Bustos. Allí se está pidiendo que se otorgue a cada familia del lugar la tramitación, regularización y entrega de títulos de dominio, además del pago de un bono de acogida, insistiendo en que “no han sido escuchados”.
Viña del Mar, la ciudad jardín, presenta dos caras, una de las cuales es la que visitan legiones de turistas, la del Casino, las playas, el reloj de flores, el Sporting y el cerro Castillo. La otra oculta los campamentos de tránsito, los comerciantes ambulantes, las poblaciones populares pobres y ahora los damnificados, que no son tomados en cuenta en ninguna parte.
Un catastro del Ministerio de la Vivienda indica que en la Región de Valparaíso la comuna viñamarina es la que registra un mayor número de asentamientos irregulares, los que van en aumento. De un año a otro se elevaron a 114, esto es un 30,6% en relación a un estudio anterior. Como razones aparecen una creciente demanda por un sitio para habitar y la actual crisis migratoria.
Si a ellos se agregan los miles de sin casa por el mega incendio que claman por una solución habitacional, cada vez queda de manifiesto que se requiere una oportuna atención de las autoridades del país, de la región y de la comuna. Se trata de un dramático problema social que hay que afrontar a tiempo, para que no se siga acrecentando y agudizando.
Por ser pobres a los damnificados de Viña solo les cabe esperar del modelo de desigualdades que se les ignore para pasar luego al olvido, como si no existieran. No obstante, del mundo político no contaminado hay expectativas de que se les ayude efectivamente en esta severa emergencia, que se apuren las soluciones más inmediatas y que se les pueda afirmar y respaldar para poder volver a ponerse de pie cuanto antes.
Hugo Alcayaga Brisso
Valparaíso
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